viernes, 6 de agosto de 2010

MOTIVACION: PERSPECTIVAS TEÓRICAS Y ALGUNAS CONSIDERACIONES DE SU IMPORTANCIA EN EL AMBITO EDUCATIVO.

María Luisa Naranjo Pereira
Docente de Escuela de Orientación y Educación Especial
Universidad de Costa Rica
San José, Costa Rica

Existen tres perspectivas fundamentales sobre la motivación: la conductista, la humanista y la cognitiva. La perspectiva conductual enfatiza que las recompensas motivan la conducta y dirigen la atención de las personas hacia acciones adecuadas y la distancian de las inadecuadas. La perspectiva humanista subraya la capacidad humana para crecer, las cualidades personales y la libertad de elección. La teoría cognitiva enfatiza en las ideas y considera que lo que la persona piensa que puede ocurrir es importante porque determina lo que ocurre. Cada una de las perspectivas teóricas brinda valiosos aportes que permiten comprender de manera más integral cómo opera el fenómeno de la motivación en el ser humano. Se puede entender, por consiguiente, que la motivación está influida por múltiples variables; por ejemplo, el impacto de los refuerzos positivos y negativos sobre el comportamiento, al que se refiere el enfoque conductual; todas las necesidades y emociones que considera el enfoque humanista y las ideas, creencias, opiniones y expectativas que toma en cuenta el enfoque cognitivo. Estas posiciones teóricas se complementan, pues consideran diferentes dimensiones del funcionamiento humano. Las personas son seres con conductas, emociones, necesidades, pensamientos, y todos estos se relacionan entre sí. Lazarus (citado por Naranjo, 2004) opina que la singularidad del pensamiento es un gran impedimento para el aprendizaje y el progreso. Existe un deseo de hallar una solución verdadera, precisa y perfecta a los problemas humanos; sin embargo, no existen causas únicas para estos.

Un objetivo fundamental que debe proponerse en el ámbito educativo es lograr la motivación del estudiantado en relación con el aprendizaje, por cuanto, como se mencionó, la motivación activa dirige y mantiene la conducta hacia las metas educativas que este se propone. El grado de motivación que se obtenga debe ser lo suficientemente relevante para que la persona desarrolle la disposición para aprender y continúe haciéndolo por sí misma, por su propio gusto y para su crecimiento académico y personal.

Existen tres aspectos relevantes para la motivación que deben tomarse en cuenta en el ámbito educativo: las expectativas de la población estudiantil, el valor otorgado a las metas educativas y las consecuencias afectivo-emocionales resultantes del éxito o del fracaso académico. De igual forma, deben tenerse presentes los problemas motivacional-afectivos: la indefensión y la desesperanza aprendida, los cuales son patrones de comportamiento que surgen desde la infancia, en los que las personas perciben sus fracasos como insuperables porque consideran que carecen de habilidades.

El estudiantado realiza atribuciones de causalidad ante situaciones que le ocurren, las cuales repercuten en sus emociones, pensamiento, motivación, comportamiento y autoestima. Es importante que el estudiante aprenda a modificar su percepción o las razones que suelen atribuir como causas de sus éxitos o fracasos académicos, de manera que pueda identificar causas permanentes y generales para aquellos eventos positivos (por ejemplo; me desempeñé bien en la prueba porque soy una persona capaz) y, por el contrario, sean capaces de encontrar causas específicas y temporales para eventos negativos (por ejemplo; no salí bien en el examen porque no estudié lo suficiente).

Considerar algunos aspectos como los siguientes puede ayudar a las personas estudiantes a no desmotivarse:
• Comprender que es natural no poseer la misma capacidad para desempeñarse en las diversas áreas del aprendizaje; por ello es importante aprender a conocerse y realizar una valoración objetiva tanto de las fortalezas propias para aprovecharlas, así como de las debilidades para identificar dónde se requiere mayor esfuerzo y del progreso que se va obteniendo.
• Entender que equivocarse y aprender de los errores forma parte del proceso de aprendizaje formal y de la vida en general. Igualmente, comprender que en muchas ocasiones es importante y conveniente solicitar ayuda a fin de evacuar dudas o recibir más información que facilite comprender y asimilar de mejor manera el conocimiento, luego de entender que pedir ayuda es una necesidad y un derecho de todas las personas.
• Comprender que la inteligencia no es un rasgo fijo, sino que más bien se puede cultivar mediante el aprendizaje y que por lo tanto hay posibilidades de cambio y de mejoría en el desempeño académico.

Para toda institución educativa resulta de gran importancia conocer los posibles motivos que guían la conducta de la población estudiantil y que están relacionados con la seguridad emocional, las sensaciones, el refuerzo, las personas y los grupos significativos, la autoestima, y los aspectos cognoscitivos y estéticos, auto constructivos y de mejora social. Este conocimiento permite el desarrollo de acciones que favorezcan la motivación hacia el aprendizaje.

Debe recordarse que, cuando se expone a estudiantes a desafíos académicos que están fuera de su alcance, es probable que se frustren y se llenen de tensión; por otra parte, si los desafíos son pobres les provoca aburrimiento. Ambas situaciones producen desmotivación, por lo que resulta recomendable que las exigencias académicas estén acordes con las capacidades del estudiantado y se adecuen a sus etapas de desarrollo.

Conclusiones:

Es importante que el personal docente trate de despertar la curiosidad del estudiantado con respecto a los diferentes temas que se analizan con el propósito de captar su interés y atención sobre estos.
Algunos aspectos que podrían resultar valiosos para lograr tal fin son: la novedad de los conocimientos y el destacar su importancia, de modo que la persona estudiante pueda encontrarle sentido al aprendizaje; asimismo, promover la exploración y reflexión de temas de su interés y la integración de los nuevos conocimientos con aquellos previos.

Se debe estimular a la población estudiantil a que conceda mayor importancia al hecho de aprender (motivación intrínseca) que a la calificación que obtenga en una materia (motivación extrínseca); igualmente, a que perciba sus habilidades como modificables, que centre su interés más en la experiencia de aprendizaje que en las recompensas externas y que además reconozca la relevancia de las actividades académicas.